Hoy me quedé mirando como volaban los pájaros por encima de
mí. Cuando los ves en pleno vuelo parecen tan libres que aterra. No he podido
evitar preguntarme ¿Cómo sería la vida en
las alturas?. Si el cielo fuera nuestra carretera nacional, y los árboles y
tejados los lugares a visitar, ¿Cómo
sería la vida?. Ahí arriba donde no hay
leyes de tráfico, ni límites de máxima velocidad, donde ni siquiera hay peatones que hagan frenar tu frenesí, ¿es eso la libertad?
Todos esos que vuelan ahí arriba emigran en
épocas de frío, aquí abajo lo llamamos viajar, ¿a caso no es esa una suerte?.
Parad un momento. No tengáis prisa,
el día termina y de igual forma comienza
de nuevo, así que parad un momento y observad, porque quizás os estáis
perdiendo las mejores imágenes de vuestras vidas. Fijaos en los pequeños detalles que tiene el
mundo, fijaos en los enormes edificios que terminan por encima de vuestras
cabezas, y en la gente que camina con prisa a vuestro alrededor. Parad vuestro
reloj que cuenta cada uno de los segundos de vuestra simple vida, y dejad, por
un momento, de darle importancia al tiempo, porque es relativo, porque os controla, y porque
hace con vuestras vida lo que le da la real gana.
Deteneos un instante y pensad si
realmente el camino que estáis andando os conduce a al lugar donde queréis
llegar. ¿Amáis hacer aquello a lo que
dedicáis vuestro tiempo? Notad la velocidad del mundo que sucede ante vuestros
ojos y el ruido que la envenena que nos está volviendo sordos. El estrés de las
vidas humanas que nos vuelve infelices. Infelices como estilo de vida. ¿Acaso
empleáis tiempo en cuestionaros vuestra felicidad?
Observad el día, y la luz que lo hace admirable
a vuestros ojos. Fijaos en la velocidad
del cielo, cómo las nubes van trazando su recorrido tan sutilmente sin dejar
ningún rastro a su paso. Y el sol, lleno de vida, vibrante, eterno, magnífico.
Parad un momento, sentaos, y observad. Observad
todo porque quizás esta sea la primera
vez que lo estáis haciendo y hay muchas cosas que aún no han sido observadas a
vuestro alrededor. Olvidaos de los
problemas, las preocupaciones, de todo lo que os conmueve por dentro. Olvidaos
de lo que os pone barreras a vuestro paso. Los problemas son tan grandes como
vosotros los queráis ver, y tienen la importancia que vosotros le queráis dar.
Observad la vida. Todo está en
constante cambio, así que no os acomodéis en ningún lugar, no os acostumbráis a
nada porque el mejor día os cambian las reglas del juego y entonces no sabréis
jugar. Todo fluye con el tiempo igual que lo hace la gente que camina a vuestro
alrededor. Y si os puedo aconsejar algo, sed optimistas ante todas las
situaciones. El resultado podrá ser el
mismo, pero el recorrido hasta llegar a él habrá sido digno de ser vivido. Sed
optimistas. A mí me funciona.